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Bernot Berry Martinez (Turenne)

UN PUEBLO LLAMADO 'MACORIS DEL MAR'


                

Por: Bernot Berry Martínez (bloguero)


    En la República Dominicana, al Sureste, entre Santo Domingo y La Romana, con prácticamente dos ríos a su vera, el Macorix (más conocido como Higuamo) y no lejos El Soco, quedándole el Mar Caribe delante, bañando sus costas.

    El fraile Bartolomé de las Casas, primer cronista que hubo en América, en su afamado libro “Historia de las Indias” escribió sobre esta región. Relató que a tantas leguas de Santo Domingo de Guzmán se encuentra un bello río que desemboca en la mar al cual los nativos le llaman Macorix, rico en tierras productoras de viandas, con grandes y anchos distintos árboles, etc.

    Pues bien, al pueblo no se le conoce su verdadera formación histórica, ya que sus cronistas no se ponen de acuerdo, tergiversándose bastante cómo se hizo.

    Aunque existen variadas teorías sobre la forma de su crecimiento, siempre aparece un famoso pero que lo enturbia, revuelve, retornando los reales investigadores a proseguir indagando con más firmeza y dedicación. Los demás aceptan cuanto han escrito y punto: son los conservadores de siempre, se consideran poseedores con certeza acerca de cómo se creó y nadie los saca de tal creencia.     

    El nombre del pueblo es San Pedro de Macorís, así le pusieron por ley firmada por un
religioso monseñor que fue 'presidente' de la República.

    Empero, de cuanto los indagadores se encuentran seguros es que el Macorís le viene por el río, al cual le quitaron la s, españolizándolo. Sin embargo, la gran interrogante viene de lo siguiente: ¿de dónde sacaron el San Pedro? Los historiadores conservadores se empeñan en creer, defendiéndolo con firmeza de que se debe al primer Papa que tuvo la Iglesia Católica, y nadie los saca de tal creencia, hablando barbaridades de aquellos investigadores liberales que con afán buscan la verdad hasta debajo de las rocas. Y hasta afirman los conservadores que quien no lo crea es moro, un peligroso ateo. Pero para los liberales es muy fácil esa solución casi fanaticada de la religión católica. No obstante, como los años no pasan en vano, llevándose los tiempos medievales a donde ‘el diablo’ lanzó las tres voces, éstos tienen ahora más tranquilidad emocional y pueden trabajar con más tranquilidad. Los liberales han llegado a la conclusión de que el pueblo se llamó Macorix, poniéndosele más luego “Macorís Platanero” a consecuencia de los muchos plátanos que se embarcaba hacia la capital, y que después el traidor Pedro Santana, vendedor de la República por un ridículo título
monárquico, poderoso hatero, politiquero, un matarife, dueño del Este, sus aduladores lo cambiaron por el de “Pedro de Macorís”, y que al morir este servil criminal, los sabihondos curas católicos, aprovechando “que el Estado cambia pero la Iglesia queda”, le agregaron el San al Pedro de Macorís y muerto ese abejón. Y de esta manera se ha quedado entre el pueblo no pensante hasta ahora, cogiendo esta versión cada vez más fuerza ya que la constante repetición de las cosas, aunque sea una gran mentira, se convierte en tremenda realidad. Y de nuevo los curas vuelven a salirse con las suyas, inventándose absurdas leyendas que sus mediocres y románticos cronistas repiten como loros de piratas.

    Cuanto sucede es que este pueblo comenzó a poblarse antes de la cacareada leyenda de “Mosquitisol” por contrabandistas. Es la parte oscura de nuestra historia y que ellos, los historiadores conservadores, no desean que se conozca.                                     


bernotberrym@hotmail.com

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