'RESPETEMOS A LOS PERIODISTAS'
Por: Bernot Berry Martínez (bloguero)
No hay nada mejor para una persona que se sienta bien informando a sus compueblanos, también al mundo, cuanto le interese, sin alterar las mismas, respetando la ética periodística. Claro, creo que el comunicador debe ser lo más imparcial que pueda, siempre rechazando las dádivas de esos sinvergüenzas que afirman “todo individuo tiene su precio, si no es en dinero lo es en plomo”.
¡Vaya expresión baja, rastrera, demencial ¿Es por eso que matan a los periodistas que no se venden, éstos que respetan la ética, que pasan necesidades, con suelditos de hambre? Los verdaderos comunicadores poseen una gran vocación. Sin ellos el mundo tuviera un tremendo vacío. Viviríamos como contemplando a ‘Los tres Chiflados’. Los habitantes seríamos más tarados de cuanto estamos. Desde luego, nos hallamos en una sociedad consumista, y no todos los periodistas pueden tener el temple dorado de abstenerse de informar ciertas verdades, cayendo algunos en esas tentaciones de los politiqueros, sean del oficialismo o de la oposición, los cuales son derechistas y millonarios, aunque los izquierdistas de Latinoamérica van ganando espacio entre los votantes.
Lo mejor es ser periodista independiente. No laborar para ningún medio, ya que los mismos pertenecen a poderosos empresarios. Tal comunicador debe efectuar cuanto le mandan hacer, de lo contrario es botado como un perro sarnoso, quedándole el ‘sambenito’ de ser un peligroso comunicador que no acepta órdenes de sus superiores, siéndole después muy difícil conseguir trabajo en otra empresa. Lo sé por experiencia propia. En mi caso, y porque ya soy un anciano, nadie me lo dará. Y debido a que no soy adulón, mucho menos.
En Macorís existen varios semianalfabetos que dominan los medios. Y consiguen cuanto les viene en gana con esos politiqueros, sean oficialistas o de la oposición (estos últimos son iguales o peores que los que se encuentran en el poder).
Es por eso que en este blog escribo cuanto deseo, sin ofender a nadie, con ética, ya que pertenezco al Colegio Dominicano de Periodistas y respeto su Código. Eso sí, por mi comportamiento tengo muchos enemigos de variados tonos. El odio se refleja en el brillo de sus ojos. Sin embargo, eso no me importa. Ellos saben que viven en el fango. En cambio yo vivo alto, en las alturas, donde sus garras no pueden atraparme, pues son voladores a ras de suelo.
No tengo en qué caerme muerto después de bastante años arriesgando mi vida con peligrosas informaciones, tanto en el clandestinaje contra el trujillato y el balaguerato, además los seudos gobiernos “democráticos” hasta ahora, exceptuando claro está, el de don Juan Bosch, gran escritor y político, único gobernante dominicano serio que he conocido.
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