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Bernot Berry Martinez (Turenne)

'EL HOMBRE QUE TRAJO LA LUZ AL MUNDO'

                     

Por: Bernot Berry Martínez       (bloguero)

 

    Al planeta llegan, de cuando en vez, personas sumamente inteligentes, misteriosas, que con sus ideas hacen cambiar altamente a los habitantes de la Tierra. Regularmente son solitarios, introvertidos, y sufren bastante en una sociedad tan materialista y vulgar como la nuestra. Ese fue el caso de un personaje por el cual mantengo una inmensa admiración, quien con sus muchos inventos nos trajo los adelantos que hoy disfrutamos. Fue un hombre extremadamente sensible a la luz solar y a diversas formas de sonidos. No tenía amigos, exceptuando al escritor Mark Twain, con quien pasaba muchas horas en el laboratorio. Prefería hablar con las palomas.

    Que se conozca no tuvo mujer ni dejó hijos. Poca gente común lo ha oído nombrar. Murió en la miseria, engañado por magnates que se hicieron millonarios con sus ideas. Es más, se dice que varios de sus inventos los tienen diversos tipos como suyos. Hasta el Premio Nobel se lo dieron a un sujeto cuyo invento era de inspiración de nuestro personaje. Pero este hombre, inventor de la Corriente Alterna, era tan especial y superior que no le interesaba el figureo, mucho menos el dinero, vivir en la opulencia, andar con grandes lujos, poseer enormes fortunas, aunque ganó muchísimo con sus inventos. Todo lo perdió en nuevas investigaciones.

    Nuestro admirado sujeto llegó a Norteamérica joven, unos 28 años, con varios centavos en sus bolsillos y una carta de recomendación para otro inventor. Entre las cosas le decía: “don fulano (era Tomás Edison), en el mundo hay dos hombres admirables, usted y el joven que le entregó esta carta. Si lo contrata le será de gran ayuda.” Y de veras lo fue. Con él ganó bastante dinero. Empero, tuvieron contrariedades por sus invenciones, pues el joven estaba dotado de altísima sabiduría, y tuvieron que romper, dejando nuestro personaje de ganar 50.000 dólares, un montón de dinero en ese tiempo. Para sobrevivir laboró en variados trabajos: construcción, obrero de factoría, etc. Con lo poco que ganaba --alimentándose mal, viviendo siempre en cuartuchos--, los utilizaba en sus indagaciones. Era un ser incansable. Algunos maestros místicos afirman que él no era de este planeta, sino de otro lejano, llegando a nacer en una familia Serbia (algo similar a lo del profeta Jesús) para hacer una importante misión. Y aunque fue engañado, quemado de manera extraña ( ¿sabotaje?) su laboratorio luego de estar en mejor posición económica, asombró a los científicos con sus ideas. Quizá por eso fue muy odiado, envidiado, espiado de forma constante por el FBI. Este hombre dejó una enorme herencia de bienestar para la humanidad. Cuando usted oye la radio, ve TV, el computador, conversa por su celular, utiliza el control remoto, enciende una bombilla o una bujía de neón, motor de corriente alterna, rayos X, radar, producción de energía por cataratas como las del Niágara --aún en uso--, física nuclear y otra cantidad de inventos, sepa que se deben al genio síquico de Nikolá Tesla (1856-1943), un serbio croata a quien los capitalistas estadounidenses lo condenaron al ostracismo porque estaba creando una torre electromagnética (en ella gastó toda su fortuna, y aunque pidió dinero prestado nadie se lo consiguió, quedando luego abandonada) para dar energía gratuita al mundo entero, pues anhelaba mandar a la porra el petróleo, la sangre de la Tierra, el cual tantas guerras han dejado y continuarán originando.

    Se asegura que cuando expiró en un cuartucho de un hotel, el FBI se llevó numerosos papeles suyos, como los cohetes, el rayo de la muerte (Láser), la invisibilidad de objetos, submarino eléctrico, etc., los cuales fueron saliendo al público lentamente.  

    Nicolás Tesla hablaba ocho idiomas. Fue un más que un genio, cambiando muchísimo nuestro atrasado mundo. Trajo luz a la Tierra. Por eso le rindo este pequeño trabajo en su honor. Él fue el mejor dotado, puro y bueno, que ha tenido la humanidad.

    Desde mi solitario rincón le mando un sincero saludo de gratitud, Nikolá, sin importar en cuál dimensión se encuentre. Conozco bien que lo recibirá. Gracias. 

 

                       

 

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