FIDEL, EL TIEMPO DOBLA EL ACERO, LO DOBLA
Por: Bernot Berry Martínez (bloguero)
El ’indomable’ Comandante Fidel Castro Ruz, uno de los grandes revolucionarios del Siglo XX, enfermo ya, decaído, vencido, con 84 años a cuestas, en lucha permanente contra el imperio norteamericano desde que subió al poder derrotando a las corruptas fuerzas armadas del dictador Fulgencio Batista al finalizar el 1961, en los últimos días le mandó al emperador Barak Obama, asimismo leyó ante la Asamblea Popular Cubana algo similar a esa misiva enviada al Presidente de EE.UU., ese cínico mulato (hijo de negro musulmán y blanca cristiana) una petición para que salve a la humanidad de una catástrofe nuclear. Realmente dio pena verlo en esa forma humillante, pues si hay alguien que conoce bien a los yanquis es usted. Si los norteamericanos ya lo tienen programado, así lo harán. Ellos no poseen compasión con nadie, al menos que en el presente caso los iraníes decidan desistir de cuanto están realizando, algo muy difícil por el asunto religioso.
Observando a Castro leyendo cuanto anhela --incluso le señaló al emperador Obama que las generaciones venideras lo recordarán como el salvador de la humanidad--, pero para nada recordó a Nikita Kruschev, el verdadero bienhechor de la actual Raza Humana. Ahora, ¿por cuál razón se le olvidó a Fidel a ese enorme ser humano que fue Kruschev, quien prefirió retirar los cohetes de Cuba, renunciar a la Secretaría General del PCUS, asimismo de Primer Ministro de ese inmenso país e irse hacia su morada con una diminuta pensión, trabajando en su huerto (era gran amante de la Naturaleza) hasta su fallecimiento, todo esto luego de enviar una carta diciendo el porqué lo hizo? Lo efectuó para salvarnos de tan terrible hecatombe mundial, en la que no habría ganadores ni perdedores. En ese entonces era presidente de los Estados Unidos el joven John Kennedy, quien le dio un ultimátum a Kruschev para retirar tales cohetes o de lo contrario vendría una guerra entre ambas potencias. Y aunque usted, Fidel, en aquel momento era un brioso joven guerrero, envalentonado, aconsejó a Nikita “atacar primero”, Kruschev no le hizo caso, pero sí logró que los EEUU sacaran sus amenazantes cohetes de Turquía, exigiéndole que jamás atacaran a Cuba. Los estadounidenses así lo hicieron. Kruschev retiró los cohetes de Cuba y se volvió el real salvador de la actual humanidad, aunque nadie lo recuerda, ni siquiera usted, quien con seguridad está arrepentido. Empero, comandante, no mencionó para nada aquel gran episodio histórico de 1962, siendo uno de sus coprotagonistas. Es más, usted, rabioso, mandó a vociferar por las calles habaneras: “Nikita, mariquita, lo que se da no se quita"... Sin embargo, sí aconseja a Obama que el mundo lo recordará por siempre. Perdone la imprudencia, comandante, pero de veras el tiempo dobla el acero, lo dobla.
¡Gloria por siempre al vencedor de los nazis en la Batalla de Stalingrado, conocida “como de las ratas”, la más horrible que ha conocido la Historia de la Raza Humana, salvador de toda vida: Comisario y Teniente General Nikita Kruschev!
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