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Bernot Berry Martinez (Turenne)

MERECIA OBAMA EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ?

MERECIA OBAMA EL PREMIO NOBEL DE LA PAZ?

Por: Bernot Berry Martínez

 

 

     El presidente de Norteamérica, USA, el mulato Barack Obama, es un hombre sin dignidad y mucho menos sin honor ni principios. Porque eso de aceptar el Premio Nobel de la Paz es algo grande. Y lo hizo hablando desaciertos en aquel Salón por donde han pasado grandes personalidades. Prácticamente él no sabía que decir. Gesticuló bastante, luchando consigo mismo (¿lo devuelvo o me lo quedo?, quizá se cuestionó). Pero esa brillante oportunidad de restituírselo a sus organizadores se esfumó cual estrella fugaz, cuando gustosamente lo recibió con su característica sonrisa, muy entrenada frente al espejo, la que hace recordar al “Guasón” de la película “Batman”, 

    Claro, si alguien sabía bien que no lo merecía era el propio Obama. ¿Qué había hecho él por la paz del mundo en tan poco tiempo en el poder? Absolutamente nada. Él mismo se hallaba sorprendido. Tal vez se lo dieron como forma de compensación por su humillante derrota por obtener la ansiada Sede de las Olimpiadas conseguida por Brasil, primer país latinoamericano en conseguirla, haciéndose algo de justicia. Y es que de nada sirvieron las fingidas lágrimas de su esposa durante una semana en Suecia, tratando de convencer al Jurado y de ganarse al público con la cacareada frase “de que yo tengo un sueño”, yo tuve un…”, como tampoco el discurso casi intimidante de Obama tratando de obtenerlo para Chicago, la ciudad más violenta de la Tierra, en donde nació su esposa. Ambos se fueron desesperados, amargados y frustrados, sin aguardar el anuncio del ganador, pues ya lo conocían anticipadamente. Él no tuvo la gentileza de despedirse ni de los Organizadores y personalidades presentes, y mucho menos de felicitar a Lula, distinguido presidente del Brasil, haciéndolo varios días después porque sus asesores se lo pidieron reiteradamente. Es un individuo arrogante este Obama que ahora se halla al frente del país más poderoso del planeta, la nación suplantadora del Tercer Reich de la Alemania nazi. Y es que prevalece en él las enseñanzas de sus maestros (sionistas-judíos, crueles realizadores de guerras), quienes lo escogieron entre miles, entrenándolo para engatusar a los muchísimos tarados que viven de ilusiones, ignorantes que olvidaron el popular refrán de…“quienes viven de ilusiones mueren de desengaños”. Mas, se halla cumpliendo de manera cabal su papel de engatusador de tantos infelices que tal vez jamás han leído un libro fascinante, ‘buscándosela’ en este materialismo vulgar y enloquecedor del capitalismo.     

    Lo de Obama es cosa que cae en el abismo de las absurdidades.  ¡Vaya farsante grande que resultó ser! Claro, para la mayoría de los ignorantes no lo es, aún tienen esperanza de él pues desconocen a los politiqueros. Su forma de actuar a mí no me sorprendió ni un poquito. Intuía que era un fabuloso hipócrita desde que se hallaba en su teatrera campaña electoral, maquillándose el rostro casi oscuro para verse más negro y estafar a más personas. Pero los tropezones hacen levantar los pies, aunque muchos continúan chocando continuamente con la misma durísima roca en el camino, sin atreverse a quitarla del medio y despedazarla por siempre.

    El mulato calló cobardemente mientras los judíos bombardeaban la Faja de Gaza, asesinando a más de mil pobrísimos palestinos, mutilando a miles más. Como siempre lo hicieron en nombre de su dios Jehová, el sanguinario, quien “nunca ha perdido una batalla” cual comentan a los vientos sus dogmáticos partidarios. Ha mandado miles de nuevas tropas (más de 30 mil) para Afganistán y Pakistán. Tumbó a Zelaya, presidente electo del pueblo hondureño. Ya ningún gobierno constitucional está exento de ser quitado del poder, esencialmente los débiles que no sean sus títeres. Varias bases militares, con los mejores aviones ha puesto en Colombia, tratando de intimidar a Venezuela, Bolivia, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, etc. Todo el continente suramericano y las islas caribeñas se encuentran en peligro por este mulato amante de la guerra. Y tiene más bases en Panamá, Aruba, Curazao, Guantánamo, Puerto Rico, y posiblemente una secreta en la bahía de las Calderas, Rep. Dominicana,  Todo esto aparte de la Cuarta Flota en El Caribe. Y sin embargo, con tanto poderío desplegado no termina con los traficantes de drogas. Empero, no se debe olvidar que la sociedad norteamericana es la mayor consumidora de narcóticos del mundo, pudiendo esa nación sucumbir en un violento caos si no los obtienen.     

    El Imperio USA es el más terrible que ha conocido la humanidad en su historia. Ni siquiera el Imperio Romano puede comparársele en maldad y destrucción. Se meten contra cualquier país, ya que los yanquis consideran que quien no esté con ellos, no sea su adulón, entonces está contra ellos. Vaya razonamiento ilógico. ¡Caramba, qué triste se nota el panorama futuro de esta Tierra de todos!

    Sin embargo, parece que el propio planeta efectuará nuestro horrible castigo. El calentamiento global que va envolviéndolo nos podría liquidar. Eso es cuanto se percibe por numerosas partes. Y a medida que se aproxime el 2012 será peor. Esto es lo que se llama la “Venganza del mundo”, al cual no supimos cuidar, sino lo contrario, principalmente por ese destructivo país llamado Estados Unidos de América, la nación que más lo contamina.

    Barack Obama es un hombre resentido, despreciador de las razas que lo componen, pues ni es negro y tampoco blanco, es un producto de la lujuria de sus progenitores. Todos los desprecian. Si hubiese estado en Haití cuando la Revolución Haitiana --apoyada por Norteamérica y las monarquías europeas que luchaban contra Napoleón--, con seguridad los esclavos lo hubieran despedazado a machetazos en la sangrienta guerra de negros contra mulatos, ya que no quedó vivo ninguno de los últimos. Y es que los mulatos son muy odiados por los negros puros, los cuales los consideran como engendros del mal.      

    Por tanto, me uno a lo expresado por el presidente Chávez: “a Obama deberían darle el Premio Nobel de la Guerra.

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