CUATRO POEMAS Y UNA PEQUEÑA BIOGRAFIA.
EL MENSAJE
Por Bernot Berry Martínez (bloguero)
Somos náufragos perdidos en desértico mar
tenebroso.
Por parte aparece ayuda.
Parece que no tenemos esperanza de
contemplar tierra nuevamente.
Nos acompaña soledad marina, candente sol,
noches sin estrellas.
¿Qué hay más allá del horizonte?
¿Por qué no avanzamos?
Todo parece estático.
Ni una gaviota podemos ver, admirar,
envidiar su vuelo.
De profundidad abismal son nuestras penas.
El ambiente salitrado corroe las entrañas.
Quizás olvidaremos meditar.
No existe luz en lontananza.
Angustia grande domina nuestros sentidos.
¡Cuán cruel ha sido este naufragio!
Estamos desesperados.
Nos morimos de sed.
Con tinta sangrante van estas últimas letras.
Cuánto trabajo ha costado escribirlas.
Pero ya está realizado.
Ahora, ahora lo introducimos en botella vacía
y la dejamos flotar en la mar.
MIS TINIEBLAS
Hasta el presente ha sido imborrable la vez
primera que te contemplé.
Andando por mundo te llevo conmigo.
Eres como mancha en piel.
Es cierto que nos amamos con loca pasión.
¿Acaso fue causa de nuestra separación el
querernos demasiado, que nos hizo decirnos
adiós en la estación de ensueños, tomando
cada cual su camino?
No puedo asegurarlo, dama soñadora,
perseguidora de ilusiones,
arañadora de falda montañosa por alcanzar
cumbre placentera.
Somos tan disímiles.
Hoy, después de muchos años sin verte, estoy
sentado en el mismo lugar de nuestra primera
cita, frente al Río Macorix, testigo mudo de
cuanto hicimos.
Repentinamente rodéame color violáceo.
Me emociono. El corazón late deprisa.
Desaparecen del estuario chatarras que lo
afean, volviendo aquel natural, silencioso,
que ambos admirábamos con sublimidad
en noches estrelladas.
Entonces, cuan diosa del río, hermosa, a
medio busto apareces tú, sonriente, el agua
chorreando sobre el cuerpo brilloso, con tus
sedosas manos llamándome.
Me quedo tranquilo.
No acudo al llamado para abrazarnos,
besarnos, realizar sexo apasionado.
El trabajo del subconsciente es algo efímero
en este caso.
Por tanto, mientras retorna la normalidad,
atisbando vigilante gaviota, susurro:
--¡Los años pasan, pero es reconfortante
memorizar bellos momentos vividos.
RETROSPECCION
Me dolió tanto tu partida que jamás podré
reponerme.
Vives en mí.
Caminé de lugar a otro buscando
reemplazarte.
Empero, ¿con qué podría hacerlo?.
¿Quién escucharía cuanta tristeza narraría?
Llevo penas encima cual inmenso peso.
De cuando en vez alguna sonrisa infantil
alivia la carga,
o canto del ruiseñor,
vuelo de garza,
lejano arco iris,
brisa otoñada,
crepúsculo de mi triste pueblo,
perfume del limonero,
estrellas de nuestra galaxia,
leyendo buen libro,
pero esencialmente llenando papeles con
palabras que hacen relatos, versos, tonterías
que a pocos importa.
Cierto, y así va pasando mi vida,
sin poder olvidar tu afectuosa mirada,
voz amorosa dándome aliento en
mundo espantoso.
Terrible es conocer que tal vez fallé en
mi deber.
Caramba, si pudiera devolver el tiempo hacia
atrás.
Sí, estoy seguro que te hubiera hecho muy
feliz,
madre mía,
fallecida en mis brazos
el 4 de Enero de 1989.
A MIS ABUELOS
Como enorme desierto muchísimas veces he
sentido inmenso vacío llenando mi ser.
Preguntábame su causa. Empero, respuesta
satisfactoria no llegaba.
El instinto sobresaltaba.
Agobiábase mi espíritu.
Envidiaba solitaria gaviota volando hacia
misterioso lugar allende mar caribeño.
¿Qué pasaba en nuestro interior volcánico?
¿Por qué la soledad de náufrago?
¿Dónde llenaré tan gran vacío que de cuando
en vez percibía taladrando mi existir?
Trataba de acabarlo con amor de mujeres,
sinceras amistades, principios morales,
haciendo bien al prójimo,...
Todo era inútil.
Cuando menos lo esperaba,
quizá riendo por algún chiste callejero o
patrañas realizadas por politiquero,
el mismo aparecía con tanto ímpetu que
reducíame a lo infinitesimal.
¡Caramba, su presencia era aplastante,
poderosísima, abismal,
realmente fabulosa!
¿Qué era ese vacío para inducirme a la
nada?
Andaba largas caminatas para ahuyentarlo.
Sin embargo, como lo informé, no se iba de
mí.
Entonces, en noche estrellada,
embelesado ante hermosura del cosmos,
ví llegar desde su profundidad a cuatro
diminutas luces,
fundiéndose en una sola,
cayendo sobre mí,
dándome baño celestial,
tranquilizando mi taciturna alma marinera.
Enseguida comprendí que aquél era
consecuencia de mis desconocidos abuelos,
la falta de sus caricias,
dormir en sus regazos,
escuchar sus consejos.
Y sonreí a los astros luminosos.
Y desde aquel momento, bellísimo instante de
mi existencia,
en cualquier sitio en el cual me
encuentro,
presiento que ellos dirigen mis
pasos, evitándome los pedregosos y
espinosos.
Por eso, gracias sinceras les doy, abuelos,
al atender mis hondas súplicas,
ayudándome a llenar el asfixiante vacío que
endurecía mi vivir por no haberlos
conocidos.
PEQUEÑA BIOGRAFiA DE TURENNE B. BERRY M. (Bernot).
Nací en San Pedro de Macorís, Miramar, el 26 de enero 1940, en la calle Luis A. Bermúdez.
Soy domínico-francés.
Hice estudios primarios y secundarios en escuelas de Macorís. Mis padres me alistaron en la Marina de Guerra (Armada) en donde realicé diversos cursos técnicos, pero me vi envuelto en problemas políticos que casi me cuestan la vida, saliendo de la misma “Por propia solicitud” y baja ‘Buena’ porque los Trujillo habían salido del país y el pueblo bailaba en las calles.
Fui deportado por el gobierno de Balaguer hacia Europa (Francia). Desde allí recorrí distintos países europeos en donde sentí la peligrosa y terrible Guerra Fría en carne propia.
Estuve en la Marina Mercante en variados buques, conociendo distintas naciones.
Me gradué en Química de Petróleo en Fort Lauderday, Florida, USA, enrolándome en buque petrolero para luego pasar a otros a ganar más dinero y con mejores trabajos.
Leía mucho durante esos viajes, esencialmente textos literarios de los mejores escritores de antaño y del momento aunque ya lo hacía en la Marina Militar.
Como era el oficinista de la Planta Transmisora de la Marina que estaba cerca de Meteorología, no lejos de ‘Los Mameyes’, trabajando en ambas, aprovechaba para hacer volantes y otros documentos que estudiantes de la única Universidad de entonces, la USD, los mimeografiaban para después lanzarlos por distintas calles y parques. Era una Célula de unos cuatro o cinco jóvenes a los cuales, por precaución, no conocía, exceptuando a Luis Ibarra Ríos, amigo de la infancia quien me metió en eso.
Estudié Periodismo por correspondencia durante navegaba por la desaparecida Escuelas Panamericanas, haciendo distintos seminarios sobre el mismo y cursillos. No obstante lo esencial es la práctica diaria, que antes adquirí y más luego he continuado hasta el presente.
Realmente no me agrada contar esto, pues eso pasó hace tiempo y a mí nadie me obligó, ya que “A la Patria no se le pasa factura”. Pero como algunos individuos están escribiendo “Sus Testimonios”, pienso que tengo derecho a manifestarlos, darlos a conocer, aunque gran parte de cuanto estuve involucrado no los escribiré: son secretos que los llevaré al más allá.
Me correspondía lanzar volantes desde el Parque Independencia hasta el Enriquillo. Era una labor peligrosísima. Hay que tener en cuenta que estaba en la marina militar y la dictadura de Trujillo eliminaba de inmediato a cualquier integrante de las Fuerzas Armadas que conspiraba contra ella, principalmente a los que no teníamos padrinos.
De nuevo vuelvo a señalar que quien me metió en eso fue el héroe y mártir de la Guerrilla del 1J4, del Frente Mauricio Báez, Luis Ibarra Ríos, caído en ‘La Berrenda’, Miches, junto a varios compañeros. Ambos estuvimos en la Academia Generalísimo de las hermanas Crime, escuela que se hallaba en la calle Mella de Macorís, frente a las ruinas del Teatro Colón. Allí realizamos algunos cursos y nos hicimos muy amigos.
Por Luis Ibarra escribo literatura, política, historia, etc., ya que fue él quien me metió en la cabeza que al tener yo acceso a una máquina de escribir podía hacer volantes y otras cosas, incluso que podría inventar sucesos acontecidos en la Milicia, una mezcla de verdades y mentiras.
El SIM se encontraba desesperado con tales escritos. Los calieses buscaban con desesperación la máquina de escribir, empero jamás pensaron que se encontraba en un pequeño recinto militar como la Planta Transmisora, en la cual había varios espías del M-2 vigilando como hienas a todos los que laborábamos en la misma.
Escribí en periódicos clandestinos como en el órgano del Movimiento 14 de Junio, ‘El 1J4’, dirigido por Ramón (Chino) Ferreras. Claro, en esos trabajos no aparecía mi nombre. Más luego lo hice en periódicos de izquierda. Ya en Macorís lo efectué en varios medios, como El Higuamo, El Macorix, El Coloso, El Macorís New York, El Mesopotamio, en la revista El Comercial y en distintos nacionales e internacionales.
En relidad tengo bastantes años escribiendo, más de 50. Soy un individuo que ha pasado muchas vicisitudes, principalmente en mi adultez, ya que mi infancia fue más o menos feliz hasta que llegó la adolescencia, entonces todo cambió y me vi envuelto en la terrible realidad de la vida.
Soy miembro del Colegio Dominicano de Periodistas, CDP; del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, SNTP, y de la Asociación Dominicana de Periodistas y Escritores, ADPE.
0 comentarios