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Bernot Berry Martinez (Turenne)

A DON JUAN BOSCH


 

 Por Bernot Berry Martínez  (bloguero) 

 

 

Don Juan Bosch

 

Mañana, 25-9-’13, se cumplirán 50 años de que Ud. fue quitado de la presidencia que el humilde pueblo dominicano lo puso para dirigir el Estado por cuatro años en aquellas límpidas elecciones celebradas en diciembre de 1962. 

Vaya profesor, aún recuerdo con orgullo aquel apretón de manos que nos dio a cada uno de los jóvenes que estábamos en el parque Colón de nuestra capital, acompañado por esa sincera sonrisa suya que nunca se ha ido de nuestra mente. 

¡Cuánta fraternidad y amor a su gente poseía! Puedo asegurar que jamás me he encontrado con un hombre con tanta ternura. Sus azules ojos reflejaban toda su interioridad. 

Bien sé que su distinguida Constitución de 1963 ha sido la mejor que hemos podido elaborar. Y sin embargo, la misma fue lanzada en lo más profundo del Mar Caribe y jamás nadie se ha atrevido a sacarla de allí, ni siquiera esos arrogantes discípulos suyos que varios se hallan podridos en dinero. Es esa una especie de traición a su memoria histórica y a los miles de ciudadanos que por ella combatieron, murieron, quedaron heridos, muchos sin piernas ni brazos, todavía traumatizados por cuanto después aconteció en los gobiernos de los 12 años.  

Soy uno de ésos que aún no se reponen de los tantos fracasos por los cuales la República ha navegado en esos océanos tempestuosos por seres crueles, siniestros, malignos, asesinos, negociantes de la política.  

Usted ha sido el único presidente dominicano que bajó del poder más pobre que como subió. Fue un real político que ansió y trabajó para bien de sus gobernados.  

Ese Golpe de Estado del 25 de septiembre de 1963 es la causa de cómo estamos 50 años después. Y tal vez jamás saldremos de esta lamentable situación caótica de libertinaje, de politiqueros que en pocos meses son millonarios.  

Lo suyo ha ido quedándose lentamente atrás. Usted es un punto en el espacio que podría irse extinguiendo en el transcurso del tiempo, a medida que vayan falleciendo quienes vivieron en su buen gobierno. Las generaciones jóvenes no lo recordarán, como tampoco a Duarte y Luperón. Es que sus mentes se encuentran vacías, llenas de ilusiones por obtener dinero fácil como sea. Es que son los intelectualoides que hoy nos dominan, apoyados por una jauría de tarados por todo el país.   

Querido don Juan, enorme escritor, decente y buen político, le brindo mi mano que una vez estrechó con franqueza, respetando la alta dimensión en que se halle.  

Gracias profesor por haberle conocido y de leer sus excelentes textos, llenos de inmensa prosa y sabiduría.  

¡Fue usted un bello clavel brillando en medio de la nada! 

¡LOS OPORTUNISTAS BRILLAN A SUS ANCHAS!


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