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Bernot Berry Martinez (Turenne)

NO OLVIDEMOS AL PAPA JUAN PABLO I

Por Bernot Berry Martínez (bloguero)

Juan Pablo I

Lo malo de las sociedades del mundo es que regularmente olvidan a sus grandes hombres y mujeres que en diferentes importantes instituciones han tenido elevados puestos y han sido misteriosamente sacrificados por esos enormes intereses que nos dominan, porque consideraron que sus grandes ganancias podrían verse en peligro, ganar menos.

Lo anterior ha sucedido en numerosas ocasiones en el curso de la Historia Humana.

No vamos a abundar sobre esos sacrificados, hombres y mujeres, ya que tendríamos que hacer un libro un poco voluminoso para escribir acerca de los muchos conocidos, aunque gran cantidad de tales personajes se encuentran en el anonimato y jamás se conocerán.

Como ahora ha sido nombrado un nuevo Papa para dirigir la Iglesia Católica Romana en sustitución de la extraña renuncia (¿obligada?) de Benedicto XVI, el cardenal jesuita llamado Jorge Mario Bergoglio fue el electo. Escogió llamarse Federico. Dicen que es el Papa de los pobres, el esperado, de inmensa humildad, etc. ¿Será todo esto posible o es una cortina de humo para engatusar a los miles de católicos diseminados por el mundo, esencialmente en Latinoamérica?

Para muchas personas progresistas y pensantes, el Papa Federico es muy peligroso para la pobre humanidad. Está usando una máscara para ocultar su verdadero ser. Tal vez sea aquel de quien escribió Nostradamus “de que al final de los tiempos habrá un Papa Negro”. Y parece que esta profecía se ha producido con Federico, quien aunque no es de raza negra pertenece a los terribles jesuitas los cuales usan sotana negra, y a quienes ellos llaman el Papa negro a su jefe superior.

Pero debemos tener en cuenta que el argentino cardenal Bergoglio fue un defensor silencioso de la horripilante dictadura militar que tuvo esa sufridísima nación. Se dice que tuvo que ver con la desaparición de dos contrarios sacerdotes de la tiranía y de muchos católicos. Es un religioso que ataca de manera silente, igual a serpiente.

Miles de argentinos sufrieron tan trágica dictadura fascista. Al final, viendo que la misma se derrumbaba, decidió abandonarla haciendo ruido por aquel principio de los jesuitas “de que los gobiernos pasan y la Iglesia queda. Algo similar ocurrió en Dominicana cuando el régimen trujillista se despedazaba. Y lo mismo ha pasado en muchos países.

Empero, recordando al real humilde Juan Pablo I, quien sólo gobernó 33 días en el poder de la intrigante Iglesia Católica, se afirma que fue envenenado, que murió de un infarto, que se debió a una sobredosis de somníferos, etc. Nunca le hicieron autopsia. La hipótesis que más creen los pensadores liberales es en que fue envenenado. Él gozaba de buena salud. Ahora bien, ¿quiénes lo hicieron y por qué? Se sospecha que fueron los poderosos iluminatis infiltrados en la iglesia, o una banda mafiosa o el temido Opus Dey, dominado por los jesuitas para su plan de controlar esa institución en favor de los grandes empresarios.

Federico es similar al mulato Pdte. de los Estados Unidos, quien es un títere de los grandes financieros del mundo. Con razón Barack Obama se puso tan contento con esa elección. Los iluminatis van apoderándose de todo lo que es riqueza de los pueblos del mundo. Si no pueden a la buena, pues lo hacen a la mala. Se creen indetenibles y poseen los grandes cerebros a su disposición.

El planeta nunca se había visto un peligro tan inmenso como lo estamos viviendo. Pero ellos son prudentes. Nada hacen a la carrera. Todo es poco a poco. Quitan y ponen gobiernos que les favorezcan. Y si no pueden quitarlo a la buena, pues lo hacen eliminándolo. Lo de Juan Pablo I y lo de Hugo Chávez son solamente dos ejemplos. Piensen en los demás que han quitado utilizando otros métodos.

A Federico lo pusieron ellos. Es de los suyos desde hace tiempo. Su elección se conocía desde antes que los cardenales comenzaran con su teatro. Los medios, quizás todos controlados por los mafiosos, no lo mencionaban, ni siquiera lo sugerían para causar el efecto impactante que aconteció cuando se dio la noticia. ¡Cuánta charlatanería para engañar a tantos tontos útiles!

Es más: no se eligió al cardenal africano porque ya era demasiado evidente. Y ellos saben cuidarse. Por eso dominan el mundo y hacen cuanto les da la gana. De que saben, saben.

Pero... ¿hasta cuándo?

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