'LO QUE NO SE VE'
Por: Bernot Berry Martínez (bloguero)
La mayoría de los venezolanos, igual que los dominicanos, jamás han saboreado y tal vez nunca lo harán, un pedacito de ese exquisito manjar de la mar llamada langosta, así como de otras finas comidas, acompañadas por vinos franceses y otras caras bebidas. Lo anterior fue cuanto ingirieron las más de 500 personas que concurrieron a la celebración de una boda en Punta Cana, La Romana, Rep. Dom., un famoso lugar en donde concurren gente adinerada o altos funcionarios de los gobiernos de turno de cualquier país, en el cual nadie los molesta, ni la prensa se entera al menos que así lo deseen los anfitriones de tan costoso evento, todo salido del dinero del pueblo. Esto se conoció porque algunos de los invitados comieron mucha langosta no bien cocida a consecuencia de la exigencia de los comensales, produciéndoles el cólera, una terrible enfermedad que está acabando en Haití, pero fácil de extinguir.
Esto lo narro porque entre los invitados a la boda, casi todos venezolanos, varios se llevaron el cólera a Venezuela. De inmediato Hugo Chávez, sin averiguar con las autoridades sanitarias dominicanas, hizo un comentario explosivo sobre ese suceso, temiendo que la misma se extendiera por su nación. Chávez lo vio cual si fuera una conspiración contra su gobierno, algo que a este país no le conviene para nada ya que es un dependiente directo del petróleo que Venezuela le vende a un precio menor al mercado mundial.
Entonces, ¿qué sucedió? ¿En dónde se encuentra el meollo de lo acontecido? La realidad es que debemos aguardar las indagaciones de ambas autoridades de la salud, porque eso está raro. Cuanto no está extraño son los numerosos venezolanos que vinieron a Dominicana a darse la gran vida en ese fabuloso banquete, todo pagado con dinero de los venezolanos, pueblo que muchos se hallan cruzando el Niágara en bicicleta. Porque mientras el presidente Chávez trata de resolver los problemas de su pueblo, no pocos de sus burócratas lo están engañando, pues se van corrompiendo con los lujos que se da la burguesía. Esto ya lo ha dicho el propio presidente en sus alocuciones domingueras.
Por eso, presidente, abra los ojos. Muy cerca de usted se encuentran determinadas autoridades corruptas. Siempre se los ve con sus corbatas bien ajustadas, casi ahorcándolos, en tanto usted habla por la TV en camisa verde olivo. Recuerde cuanto le pasó al Libertador Bolívar, quien fue quedándose solo, solo, solo. Bueno, eso usted también lo ha manifestado en varias ocasiones. Espero que eso no le suceda, pero la historia se encuentra llena de tales realidades. Empero, su gobierno se va llenando de corruptos. Es una verdad palpable.
¡Ojo avizor, presidente Chávez, ojo avizor! No confíe en nadie. En la confianza es que está el peligro.
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