¿QUE SUCEDE EN NUESTRAS FUERZAS ARMADAS?
Por Bernot Berry Martínez (bloguero)
La gran realidad es que en las Fuerzas Armadas Dominicanas, también en la Policía Nacional, las cosas no andan bien desde hace tiempo. Eso a mí me entristece pues en mi juventud fui miembro de la Marina por cinco años, saliendo con baja buena y “Por mi propia solicitud”. Pues bien, ignoro si cuanto acontece es debido a la influencia de la propia sociedad de donde provienen sus componentes, o es a consecuencia de ciertos sujetos de bajos instintos, casi cavernarios, quienes ensucian los honrosos uniformes que portan con sus indebidas actuaciones las cuales hacen un daño enorme y cruel a la moral de las Instituciones Castrenses. Ellos son traidores al compromiso que juraron defender, esencialmente a la Patria de Duarte y Luperón, igualmente al bello tricolor estandarte.
Es una lástima que tales personas se hallen en nuestros cuarteles aguardando un oportuno momento para entrar en acción y ensuciar más a nuestras Fuerzas Armadas. Y los hay de todos los rangos. No tienen escrúpulos para realizar sus barbaridades. A los oficiales académicos lo puedo calificar de escorias humanas, sin importar por los Institutos que pasaron, deshonrándolos.
Y esto cuanto he escrito lo hago con dolor, ya que si algo siempre he admirado son a las Fuerzas Armadas y Policía Nacional. Pero una cosa tengo que informar: no son todos esos despreciables que mancillaron a nuestras instituciones castrenses. Puedo aseverar que son una minoría. La mayoría de los guardias, marinos, pilotos, personal de la aviación, incluyendo nuestra Policía Nacional, son buenos militares y policías, honorables, respetuosos de sus respectivas organizaciones. Por lo tanto, no hay que temer por esos sinvergüenzas que se enrolaron para efectuar vagabunderías delincuenciales, porque siempre tendremos un considerable grupo de hombres y mujeres para defender a la Patria.
Cuando yo estuve en la Marina de Guerra era un orgullo ir vestido con el uniforme militar. Y trataba de no defraudar cuanto me enseñaron en el Centro de Las Calderas, también en el Centro Naval de Entrenamiento que hubo en San Cristóbal, en donde había variadas escuelas técnicas en donde tuve el privilegio de estar en distintas ocasiones, aprendiendo diversos oficios que más luego me servirían en la vida civil. Quizá por eso soy respetuoso de las leyes y de La Policía Nacional. Me complace ser disciplinado. Eso se lo debo a la Marina, a la cual llevo en lo más íntimo de mi corazón. Por consiguiente: ¡qué vivan siempre nuestras gloriosas Fuerzas Armadas y la Policía Nacional! ¡Fuera de sus filas las escorias humanas que tanto daño le han ocasionado, igualmente a la Nación.
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