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Bernot Berry Martinez (Turenne)

"EL ASESINATO DE 'PAPOTICO' NINA"

 

 Por: Bernot Berry Martínez  (bloguero)       

 

    ¿Quién o quiénes mandaron a eliminar físicamente al popular abogado de Macorís, Dr. Federico Nina Ceara, mejor conocido por ‘Papotico’, aquella triste mañana del miércoles 16 de Junio del 2004, a balazos, en forma gansteril, originada por dos desconocidos que según testigos se desplazaban en una poderosa motocicleta de las denominadas saltamontes?

    En aquel lamentable acontecimiento también murió Pedro Pacheco, su chofer, resultando herido Claudio Martínez, el guardaespaldas.

    Hasta el momento en el cual se relata ese crimen cruel, sanguinario, nadie ha sido acusado formalmente. La Policía interrogó a varios individuos, supuestamente sospechosos, no obstante los puso en libertad por falta de prueba. Que se sepa, los investigadores no llegaron a una conclusión justificadora para llevarlos a la Justicia. Es por eso que la gente comenzó a preguntarse: ¿existe alguna sombra para que el asesinato quede impune, no sea indagado hasta su total esclarecimiento? ¿Quién podría conocerlo? ¿Lo sabrán los familiares de la víctima, la Policía, el Bufete de Abogados “Lic. Federico Nina hijo” para el cual laboraba el ultimado?

    Ese homicidio se halla envuelto por un espeluznante misterio.

    Al principio por tal asesinato se propagaron variados rumores que se dispersaron hasta fuera del país. Los principales eran tres. Sostenían que aconteció por los detalles siguientes: a millonarias deudas contraídas por el abogado Nina Ceara que no pudo pagar; a líos de faldas ya que se le consideraba un mujeriego; por la terrible lucha que originan esos ocultos intereses políticos, pues se encontraba muy consagrado con el denominado Partido de la Liberación Dominicana, PLD, y había escalado altas posiciones en el plano local y regional, con buenas relaciones  en  su  Comité  Político,  igualmente con el Dr. Leonel  Fernández Reyna, recién Presidente Electo.   

    Empero, ¿por cuál de esas especulaciones fue ultimado, realmente cazado por sus tramperos verdugos, aquella inolvidable mañana en la cual todo Macorís quedó paralizado, totalmente estático cuando la noticia se esparció por toda la ciudad?

    Quizás ese homicidio jamás se conozca plenamente, permaneciendo en la oscuridad por siempre, devorado lentamente en el olvido, memorizado algunas veces en veladas con cerveza o ron.     

    Se le recuerda al lector que unos meses antes del asesinato de ‘Papotico’ Nina, éste había sido herido en el hombro por un balazo en la avenida George Washington de Santo Domingo, por dos hombres que montaban una motocicleta, cuando él se trasladaba en una jeepeta junto al Licenciado Alcibíades Tavárez, quien salió ileso en ese atentado  por matar al conocido y querido abogado. 

    En dicho intento por matarle las autoridades no llegaron a esclarecerlo, aunque fue realizado de día y con varios testigos. Es por eso que la gente se preguntó si los dos individuos que llegaron a herirle en la capital no fueron los mismos que le ultimaron. La acción emprendida en Macorís fue similar a la de Santo Domingo.         

    Empero, volviendo a tan horrible asesinato, debo manifestar que ese hecho fue cayendo en el silencio. Casi nadie quería conversar sobre el tema. A mí me pasó algo semejante, pues tratando de conseguir datos para efectuar este trabajo, varias personas me aconsejaron que no lo hiciera.

    --Eso te puede traer algún problema-- me expresó un periodista, señalándome con seriedad.

    Sin embargo, a  todos les contestaba que en eso no podía haber ningún peligro, porque cuanto trataba de efectuar era escribir un verídico hecho sucedido en este pueblo, “algo para la historia”, sin añadir nada. Mas, en ellos percibía, igualmente en la mayoría de mis conciudadanos, una especie de reinante temor. No obstante, debo justificar que de vez en cuando alguien recordaba este atentado, pero antes de hacerlo contemplaba  primeramente a  su alrededor, como ‘por un si acaso’, buscando un rostro desconocido, agrio y de mirada penetrante, para no hacerlo si lo advertía y en caso contrario hablar. Y es por dicha actitud que algunos sonreímos y recordamos la famosa frase del destacado siquiatra, Dr. Antonio Zaglul, el cual aseguraba que “el dominicano no cae en gancho”.      

    De nuevo afirmo que el crimen de ‘Papotico’ Nina horrorizó a nuestros conservadores ciudadanos, pues era un pueblo donde pocas veces se había efectuado un  hecho semejante, asombrosamente atroz, solamente contemplado en filmes cinematógrafos. 

    Un conocido abogado de Macorís me manifestó que el Dr. Federico Nina Ceara fue un hombre valiente. Eso me lo expuso en su oficina, al interesarme acerca de su opinión sobre ese asesinato. Me confirmó: “Papotico tenía dos bolas de acero por cojones, porque ya había sido herido de bala en una acechanza, salvándose de milagro. Él intuía que lo vigilaban constantemente, y aún así se arriesgaba cada rato visitando gente, ayudando a personas en su condición de político, etcétera. Incluso varios  amigos le  aconsejamos  que no jodiera tanto en la calle, que se cuidara más, pero él, con esa calma que siempre tuvo, nos respondía: ¡"Ustedes sí que están pendejos, cuando viene la parca nada la detiene"! Por eso pienso que Papotico no le tenía miedo a la muerte, es más, parece que la buscaba”


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dilia ana vicioso -

Cenovi brechero 809 529 1528