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Bernot Berry Martinez (Turenne)

¿SE APODERA EL NARCO DE DOMINICANA?

Por Bernot Berry Martínez (bloguero)

 

Con certeza puedo afirmar que los narcotraficantes de variados tipos de alucinantes se han ido apoderando de la Rep. Dominicana, sin importar cuánto hagan los buenos luchadores contra este monstruo que va arropando de manera rápida toda la isla Hispaniola, ya que Haití es un país fallido y posiblemente incapaz de salir del inmenso hoyo en el cual se halla introducido.

Nadie nos puede sacar del terrible flagelo en que está metido Dominicana por culpa de las drogas. Ahora se quieren apoderar de la UASD, la Universidad del Estado en la cual estudian una inmensa cantidad de jóvenes, muchos de ellos potenciales compradores de tales alucinógenos.

Prácticamente no tenemos forma de escapar, de derrotar a los traficantes de esas drogas, pues se ha demostrado numerosos veces que quienes tienen el deber de luchar contra las mismas son los que las transportan y algunos hasta las distribuyen, matando a la gente seria que trata de combatirla, mandando a la porra cuanto juraron en su institución.

Son demasiados los jóvenes que han perdido la vida luchando contra ellas o fueron asaltados para robarles y comprarlas. 

Dominicana ha caído en inmenso un barranco del cual, creo, no saldrá jamás al menos que cambiemos el rumbo que llevamos, ya que somos el trampolín para conducirlas hacia EUA, los grandes consumidores de las mismas.

Se percibe en lontananza una posibilidad real de disminuir las muertes por culpa de conseguirlas. Parece una posibilidad remota de lograrlo, de bajar la cantidad de violencia aquí como en toda Latinoamérica. Empero, muchos intelectuales lo van considerando como la clave ideal para conseguirlo. Y es legalizándolas, cobrar el Estado un impuesto sobre x cantidad y que sus dueños la distribuyan como deseen, sin ser perseguidos. De esta forma, consideran, se salvaran muchos jóvenes.

Quienes anhelan ser víctimas de ellas que lo hagan, y los que no lo desean que ayuden a la sociedad a seguir hacia su desarrollo. Será lo mismo que el alcohol, una droga legalizada que paga impuestos y que muchos consumimos conociendo el riesgo que tomamos.

Por tanto, es hora ya de que vayamos pensando en la posibilidad de legalizar los diferentes tipos de alucinógenos que por este infeliz y sufrido país cruzan hacia territorio norteamericano, dejando los traficantes una mínima parte aquí como forma de pago a esos sinvergüenzas distribuidores: políticos, militares, empresarios, ’religiosos’, etc.

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