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Bernot Berry Martinez (Turenne)

¡LOS ADMIRO, OBREROS INDUSTRIALES Y RURALES!

 

Por Bernot Berry Martínez   (bloguero)

 

    La inmensa verdad es que sin obreros la sociedad no existiría. Ignoro si con el paso del tiempo los nuevos inventos los eliminará. Mientras tanto, son ellos los  imprescindibles para todos, no importando profesión y clase social.

    ¡Caramba, cuántas cosas producen sus manos! Son asombrosos. Y pensar que se hallan tan explotados por esos capitalistas golpistas cuya asociación cumplió 50 años de su fundación con fines de derrumbar del poder a un hombre superior, intelectual, quien  con seguridad brilla con las estrellas, el profesor don Juan Bosch. Al quitarlo del poder esos empresarios sin honor, la Iglesia Católica y demás vividores religiosos, una generación de hombres y mujeres de alto vuelo quedó frustrada, azarándose la República tal vez por siempre.         

    Sin los obreros nos encontraríamos en una especie de laberinto, pues son ellos quienes producen cuanto la sociedad necesita. Prácticamente son los que originan la miel que sustenta a esta nación.  

    Para mí, quien ha sido obrero en varias ocasiones durante años, considero que son ellos los más grandes en toda sociedad. Los demás dependen de los mismos.

    ¡Qué grandes han sido y son las Fuerzas Productivas del mundo!  

    Insistimos que sin esta clase súper explotada no podríamos vivir. Es muy cierto que los capitalistas han tratado de minimizarla y ridiculizarla, todo para apropiarse de la plusvalía que originan para cada vez vivir con mayor lujo. Asimismo son tratados en forma asquearte por la clase dominante, además por los curas y esos terribles simuladores que se llaman pastores. Algunos médicos los tratan bien. No obstante la mayoría de los abogados los aborrecen. Es que no es fácil pasarse hasta más de ocho horas produciendo para que la sociedad subsista por un sueldito de hambre que no les alcanza para comer y reponer fuerzas para continuar produciendo, en tanto unos tremendos vagos empresarios y burócratas del gobierno (politiqueros) ganan un dineral sin hacer nada, viviendo en mansiones, sus hijos en buenos colegios, bien alimentados, etc.

    Y ahora leo que en Honduras, algo que no es nuevo en países en vías del subdesarrollo, que a las obreras de ciertas factorías las obligan a ponerse pañales para que no puedan ir al baño y produzcan más, aumentando la plusvalía. Son empresas norteamericanas y coreanas. Es una forma de explotación esclavista. 

    ¿Y quién dijo que el esclavismo terminó hace mucho? No, está vivito y coleando. Quizá peor que antes. ¿Y dónde está el supuesto Jehová, o Alá, el mujeriego de Jesús, y los numerosos dioses de las variadas religiones que los vividores dicen que vendrán a poner orden al planeta Tierra? Eso es bla, bla, bla, amigos, bla, bla, bla.     

  ¡Oh Carlos Max, sublime economista y humanista judío--alemán, sigues siendo el Padre de la Clase Obrera!  Este inmenso intelectual, que los capitalistas ingleses hicieron que muriera de necesidades, profetizó: “La religión es el opio de los pueblos”. ¡Y cuánta razón tuvo y tiene! 

    ¡Maldito sea el capitalismo brutal y enloquecedor!


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