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Bernot Berry Martinez (Turenne)

EL OVNI DE PLAYA DE MUERTOS (Anécdota)

 

 

NOTA: Dedicado al periodista Manuel Ozoria

       

De nuestro libro "Anécdotas Macorisanas"               

  

Por: Bernot Berry Martínez     (bloguero)  

  

    ¿De dónde habrá venido y hacia cuál lugar se dirigió aquel Objeto Volador no Identificado  (OVNI)), que me difunto hermano Chichí y yo vimos en aquella noche de verano, tal vez en Julio del 1952, cerca de las ocho de la noche, por ‘Playa de Muertos’, en San Pedro de Macorís, Rep. Dom., cuando nos dirigíamos hacia la ‘Punta del Faro’ a pescar, encontrándonos de vacaciones escolar?        

    Debo manifestar que en aquel entonces ese paraje no era peligroso como ahora, ya que no estaba poblado. Además, la gente era más sana, asimismo muy raro que un individuo se atreviera a cometer un delito contra alguien, principalmente si eran jóvenes. Es que nos encontrábamos en plena tiranía trujillista. Había un tremendo temor al gobierno. Por lo tanto, se podía recorrer gran parte de la costa sin esperar ninguna agresión. Y la gente iba a pescar, a procurar burgados y esos moluscos que se pegan a la roca, mejor conocidos como ‘cucarachas del mar’, con los cuales hacíamos una riquísima comida.                  

    Realmente la extraña imagen del ‘Platillo Volante’ que contemplamos me ha perseguido durante toda mi existencia. El aparato tenía forma circular, de unos diez metros de diámetro, volando a poca altura, a unos 15 ó 20 metros, sin hacer ningún ruido, lentamente. Mi hermano me lo enseñó cuando caminábamos por la arena de la playa.  

    --¡Mira, mira, mira eso, Bernot!...--me susurró con voz angustiosa, señalándomelo. 

    Absorto lo vi suspendido, sin movimiento alguno, por la llamada ‘reventazón’, aquel bajo arenal existente en la mar, a unos 50 metros de la orilla, haciendo ese sitio poco profundo. Creo que todavía se encuentra allí, si los depredadores-hombres no se han llevado la blanca arena como hicieron con la playera, igualmente en donde estaban cientos de cocoteros, cayéndose a consecuencia de que sus raíces quedaban fuera, igualmente la de ‘Playa Carey’, cometiéndose contra ese lugar un espantoso crimen ecológico.     

  El Ovni emitía un intenso haz de luz, con tonalidad fosforada. Lo efectuaba desde su centro, hacia las aguas, observándose clarísimas las olitas que rompían en el bajío arenoso.   

   Es muy cierto que nos emocionamos con tan fantástico y fortuito encuentro. Lo contemplamos embelesados, sin ninguno hablar. Entonces lo vimos viniendo hacia la ribera, en línea recta, siempre iluminando con su rayo el mar, próximo a unos 30 metros de nosotros. Y lo miramos de nuevo retornando a la ‘reventazón’ como si diera reversa. Lo hizo de la manera anterior. Esto lo realizó unas tres o cuatro veces. Lo ejecutaba sin dar ninguna vuelta, o sea que iba y regresaba con sólo hacerlo directamente, sin efectuar una elíptica. Todo era bastante sorprendente, comprendiéndolo con el tiempo, ya que cuando eso sucedió era un jovencito de unos 12 años, llevándome mi hermano tres.    

  En cuestión  de  segundos nos entró un susto exagerado, principalmente cuando lo advertimos partir a grandísima velocidad con rumbo a mar adentro, perdiéndolo de vista con prontitud.  

  Entonces nos fuimos corriendo deprisa, no parando hasta llegar a nuestro hogar, situado en la Presiente Jiménez, Miramar, dejando sobre la arena un par de botellitas: una con café con leche y otra con agua, igualmente un buen pedazo de pan casero, horneado por nuestra bondadosa madre. 

    Se recuerda que nos encontrábamos en plena era de la dictadura de Trujillo. Y debido a eso nuestros padres nos aconsejaron que por nada del mundo conversáramos con nadie acerca de tal asunto, ya que era peligroso, principalmente para nuestro progenitor. Él era extranjero, francés, constantemente vigilado por el SIM pues sospechaban que pertenecía al Servicio Secreto de su país. Esto se debía, probablemente, a que había sido un buen colaborador de la Resistencia Francesa, subiendo en su vivienda, durante años, la bandera con la Cruz de Lorena, la del general y estadista Charles de Gaulle. La izaba junto a la dominicana. 

   Bueno, quizá si hubiéramos hablado del Ovni observado en ‘Playa de Muertos’ con cierta seguridad nuestro padre pudo haber sido detenido, investigado, sospechoso de cualquier cosa. Es más, probablemente hubieran inventado algo con la finalidad de expulsarlo del país. Claro, le prohibirían de nuevo entrar, quedando su familia desamparada. Es que de tal modo se caracterizaba la cruel tiranía trujillista, en extremo abusadora y cobarde, lo más terrible que le ha sucedido a esta nación. La capital quedaba cerca y lejos a la vez. Los teléfonos de la CDT se hallaban intervenidos. Trujillo y sus secuaces no eran tontos: continuamente se hallaban aguardando una invasión.                          

  Lo cierto fue que durante años nosotros no conversamos con nadie de lo visto por ‘Playa de Muertos’. Es más, como yo era un muchacho, a mí se me olvidó, recordándome cuando era ya un joven formal, con la dictadura descabezada, mi padre fallecido (me dijo días antes de expirar en 1961, en el hospital Dr. Georg, que podría morir en paz porque Trujillo había sido ajusticiado) ¡Caramba, qué grandioso fue mi padre! Y pensar que nunca le manifesté lo orgulloso que me sentía de haber sido hijo suyo. ¡Vaya, ojalá se encuentre en un plano superior, en otro lejano planeta más evolucionado!        

   Pues bien, dándole mente a cuanto había visto en ‘Playa de Muertos’, a veces le preguntaba a mi hermano Chichí, testigo fiel, de mayor edad, con más raciocinio emocional, serio, inteligente y resuelto, acerca de aquel Ovni que observamos por la indicada playa. Pero a él no le gustaba conversar sobre aquello. Por lo regular me decía que realmente cuanto contemplamos fue realidad, una gran verdad, pero que era mucho mejor dejarlo así, sin conversar con nadie de tal asunto. 

    --La gente podría tacharnos de dementes, de ver cosas absurdas. Así que trata de olvidarte de eso, no nos conviene. Mira, la Compañía Naviera para la cual trabajo podría despedirme. Es que así es la vida. Deja eso quieto, pues a nada se llega --me aconsejaba.    

   Aunque sabía que tenía razón, la pasión por los Ovnis entró en mí, leyendo diversas obras, tanto a favor como en contra. Es que en distintas ocasiones yo vi esos aparatos, pero no tan cerca como en ‘Playa de Muertos’. Los contemplé en noche solitaria en las montañas, no lejos del pueblo de Cotuí, laborando en la Mina de Oro de la Rosario Dominicana. Sin embargo, no tenía  testigo y cuando no se tiene, uno llega a creer que se trata de un espejismo, de alguna ilusión óptica. Pero en aquella empresa minera yo avisté en una madrugada a un raro aparato encima de los generadores de electricidad, yéndose la energía en toda la planta, apagándose todo. Lo miré entre chispas, como cargándose, volviendo todo a funcionar cuando el objeto se alejó en forma de nube. Aquí en Macorís, delante del Malecón, un compañero al que tengo tiempo no veo, vimos durante una mañana a dos extrañas naves, una entrando al mar y la otra saliendo. No pongo su nombre porque no poseo su consentimiento. Empero, en el mismo Parque Duarte, un domingo en la mañana, a eso de las diez y pico, varias personas observamos en lo alto, detenido un rato, a un raro objeto circular hacia el suroeste. Su figura trajo varias conjeturas, hasta que repentinamente se alejó a enorme velocidad. Eso aconteció, hallándome con Rafael Daguendó Carbuccia (‘Capi’), pintor-violinista, hombre de vasta experiencia, culto, quien con seguridad podría testimoniar sobre el mismo.                       

   Con  bastante  seguridad  que yo podría informar acerca de diversos acontecimientos de Ovnis en Macorís, pero no es el motivo de este trabajo. Sólo puedo decir que esos aparatos son una realidad, existen, posiblemente nos visitan desde hace miles de años. ¿Será real la creencia de que vienen a la Tierra en alguna misión?

  Por tanto, algo grande se está preparando. Se percibe en el ambiente. Esos seres son los creadores de distintas religiones existentes en nuestro planeta, devociones que han fracasado por lograr la paz entre la humanidad. Cada vez somos más perversos y crueles. Esto lo escribo a sabiendas de que ciertos sujetos me odiaran con más vehemencia, ansiando conducirme a una forma de ostracismo.                  

 Mas, para terminar, ¿qué les puedo decir a esos fanáticos? Bueno, que no pueden detener la rueda histórica, evolutiva, en cuanto al desarrollo humano. Es por eso que esos obtusos individuos quedarán atrás, hasta extinguirse como diminuta luz en el horizonte. Eso sí: les puedo manifestar que Albert Einstein, un genio de la Física, comentó: “Si miran el firmamento estrellado en noche clara, verán una inmensa cantidad de estrellas. Alrededor de éstas existen numerosos mundos habitados, algunos altamente evolucionados”.     

 bernotberrym@hotmail.com


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