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Bernot Berry Martinez (Turenne)

ESTOS POLITICOS NUESTROS

 

Por Bernot Berry Martínez (bloguero)

 

Todos los que conocemos un poco de nuestra política vernácula sabemos que los políticos son unos hipócritas, egoístas, ególatras, actores, simuladores…, que saludan con bastante afán a la gente, principalmente si hay periodistas, fotógrafos o camarógrafos por el contorno en que se encuentran (a veces mandados por ellos, pues no es secreto que algunos comunicadores y dueños de programas reciban buenos regalos (dinero, autos, casas, dependiendo de su importancia en el medio que están).

Cierto, nada como la astucia que poseen nuestros políticos para engatusar al humilde pueblo busca vida, quienes se matan por estos ricos individuos por la mitad de un salami y una botella de ron. Es algo increíble, pero es inmensa verdad. Y hasta existen muchísimas personas que admiran tanto a ciertos políticos (sin importar organización) que llegan al extremo de defenderlo en el mismo fin del mundo. Es imposible de definir la actuación de la mayoría del pueblo por tanto fanatismo. Y con cierta regularidad se matan o despedazan su propia vivienda en la cual funciona el partido en que militan. Es una real locura. Y lo realizan en nombre de la llamada democracia.

¡Cuántos bandidos, esencialmente los dirigentes de cuello blanco, varios muy ricos en dinero robado al fisco, pero también en maldades!

Nuestros engatusadores políticos efectúan cuanto es posible por defender su integridad física y moral, ya que tienen una fortuna para mantenerse en la palestra pública. ¿Verdad que no se ve con frecuencia que maten a uno de nuestros políticos, eh? Esto se puede dar en caso del narco o los yanquis, pues esta gente no juega en defensa de sus intereses.

Todo el que tenga dos dedos de frente conoce bien que Miguel Vargas Maldonado, hombre decente, educado y millonario de cuna, perdió la última convención en la elección del candidato presidencial del PRD a consecuencia de cerca de 300 mil peledeístas y reformistas que votaron por el sujeto brutal de Gurabo, porque Leonel Fernández (que sabe más que el diablo) ordenó en lo interno de ambos partidos, PLD y PRSC, que votaran de esa manera, con el objetivo de que el tipo de Gurabo ganara, pues era mucho más fácil ganarle a ese individuo que a Miguel Vargas. Y así sucedió. Esa fue una tremenda astucia jugada por Leonel. Y en efecto éste se salió con la suya: el de Gurabo perdió por pocos puntos, pero perdió. ¿Se imaginan si el candidato hubiera sido Miguel Vargas? Desde luego que otro gallo estuviera cantando en el Palacio Nacional. Y el de Gurabo y su comitiva de dinosaurios afirman que Leonel le robó las elecciones supuestamente ganadas por él cuando fue Fernández que lo sacó candidato.

Es que no hay un ápice de vergüenza?

¿Hasta cuándo seguirá siendo engañado y estafado, Miguel Vargas? Se asegura que los tropezones hacen levantar los pies. Veremos.

Mientras tanto: ¡Que viva la Pepa!


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