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Bernot Berry Martinez (Turenne)

LOS ENVEJECIENTES

 

 

 

Por Bernot Berry Martínez  (bloguero)


Los pobres envejecientes llevan una vida pesarosa, abusiva de una sociedad indolente. Ellos dieron lo mejor de sus vidas para nuestro desarrollo, pero no se los toma en cuenta para nada. Fueron la crema de nuestro desarrollo. Y aunque viven abusivamente, con irrespeto de la mayoría del pueblo, ellos tratan de vivir sus últimos años con dignidad, porque supieron cumplir con su deber aunque hoy muchos los irrespetan.

La Ley sobre los envejecientes no se cumple. Incluso en oficinas gubernamentales y privadas, bancos, clínicas, hospitales,..., he observado con lástima cómo ese pobre hombre o mujer pasa un buen tiempo antes de ser atendido, aunque a veces se largan porque las piernas les están doliendo, lo sé bien porque numerosas veces me ha acontecido.

Desde luego, existen excepciones como es el Banco de León, El Popular, El Hipotecario o BHD, a veces la oficina de Edeeste. En fin, son pocas las que les dan prioridad a los envejecientes, quienes a veces tienen que soportar insultos de guardianes y personas sin conciencia a consecuencia de que el anciano desea pagar e irse con pasos lentos, pesarosos, temblorosos, hacia su humilde y solitaria vivienda.

¡Es triste la situación de los envejecientes! Pero es la vida. Y es dichoso aquel sujeto que en un país semisalvaje como lo es Dominicana llegue a la ancianidad.

Somos una selva en la cual los llamados moto-conchos se encaraman encima de las aceras y el transeúnte debe bajar de la calzada para no ser insultado por seres que llegaron de monte adentro a ver las luces de las ciudades.

La Ley de la Vida sigue su curso. Es indetenible.

¡Solamente lo hará cuando las fuerzas cósmicas que rigen el Universo comiencen la involución y volvamos al punto de partida!  

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