¡AY HIPOLITO, QUÉ CINICO ERES!

                        

Por Bernot Berry Martínez   (bloguero)

 

En esta fallida República bananera se ven tantas cosas que uno pierde la emoción de la sorpresa, la de admirarse por algún motivo que lo merezca, pues llega a demasía.

En mi caso ya no me sorprendo de cuanto acontezca aquí. Y si es con políticos mucho menos todavía. Tal vez pueda sonreír ligeramente, ya que hace bastante tiempo que conozco a estos sinvergüenzas, vividores, casi todos millonarios o en vía de lograrlo.

En el caso del ex presidente Rafael H. Mejía Domínguez, quien aseguró a los cuatro vientos que jamás reconocería a Danilo Medina como presidente dominicano, triunfador en las elecciones en las que él salió derrotado, es una evidencia más que suficiente para que nadie que posea un poco de dignidad crea en esos seres extraños, de lejanas galaxias, los cuales siempre se han burlado de los infelices que corren detrás de ellos, muchos con botellas de ron o cerveza en sus manos.

Carajo, ¿acaso no tienen consciencia de clase? ¿A dónde se les ha ido? ¿El alcohol se las comió? ¿Duermen en un diminuto rincón de las subconsciencias de ellos?

Hipólito y su grupito no poseen vergüenza. Son seres perdidos en el cosmos, sin personalidad ni principios. Son marionetas del hombre que varía como el alterno viento, quien dice una cosa ahora y después otra, un ser peligroso, engatusador, simulador, capaz de engañar al diablo si éste de verdad existiera.

Ahora la oposición solamente es Miguel Vargas Maldonado. Más nadie, pues ni siquiera existe una supuesta izquierda revolucionaria ya que los pocos que pueden quedar están atrapados en la nasa de los poderosos empresarios que comercian con todo.  

Aunque es político y no creo en ellos, Miguel Vargas Maldonado da la sensación de que podría ser un hombre serio y decente. Se va notando a medida que las turbias aguas de ayer se vayan aclarando.