'ME DAS PENA, RAFAEL'
Por Bernot Berry Martínez (bloguero)
Cómo me das lástima, Rafael. No pegas una de tus propuestas llenas de resentimientos, hechas con la rabia de aquel niño malcriado que todo lo conseguía a base de sus rabietas.
Pero los tiempos cambian, Rafael, igual a como nos vamos transformado los seres vivientes, incluyendo las sociedades.
Eres un pobre infeliz que vas quedándote cada vez más solo. ¿Y sabes? Te quedarás tan de esa manera cual algún islote lejano en la mar, visitado de cuando en vez por envejecidas gaviotas y cegatos alcatraces.
Te hallas tan triste que has perdido el humor natural que siempre te acompañaba.
Ya no haces reír a nadie, ni siquiera a los lambones que te acompañaban y que lentamente se van alejando de ti en búsqueda de nuevos horizontes.
Y sin embargo, Rafael, ya estás aprendiendo que lo nuevo sustituye a lo viejo, que eso ha sido siempre la ley de la vida.
Escribí que vas aprendiendo. Pero lo cierto es que tal asunto está por verse, pues desde tiempo olvidado se dice que "loro viejo no aprende a hablar".
Qué lamentable es la situación tuya, Rafael, con tantas promesas que jamás cumplirás.
Con seguridad la depresión irá haciendo estragos en ti. Eso conduce a la locura, algo que no se encuentra muy alejado de tu ser.
Y si sigues como estás, te lanzarás a recorrer los montes, buscando el nunca jamás, perdido en noche sin estrellas, maldiciendo, llorando como aquel otrora infante que todo lo conseguía por sus lloriqueos y pataleos.
Y te convertirás en un negruzco punto que se irá extinguiendo hasta desaparecer entre las tinieblas que siempre te han rodeado.
Sí, qué pena me das, Rafael.
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Mari Bernot Dubois -