¿Y DESPUÉS QUÉ, MISTER OBAMA?

Por Bernot Berry Martínez (bloguero)

 

Los pueblos se cansan de tantas reuniones de supuestos líderes internacionales. Estamos llegando a la conclusión de que ellas solamente sirven para el figureo de los gobernantes del momento, para que coman deliciosos platillos preparados por excelentes cocineros.

Esas reuniones no sirven para nada, ni siquiera para terminar la matanza que lleva a cabo contra su propio pueblo el títere de los generales, Bashar al Assad, dizque presidente de Siria, un individuo graduado en medicina en Inglaterra, pero quien jamás la ha ejercido ni lo hará debido a que no sabe nada de la misma, lo graduaron con supuestos honores para estar bien con el tirano padre. Fue parte de esa politiquería de la monarquía inglesa. Y como todo se sabe, ésta se conoció, pues la verdad la puedes esconder hasta en un sepulcro y de allí saldrá.

Casi toda las semanas hacen reuniones para nada. Las realizan cual forma de engatusar a los pueblos del mundo, el cual sigue soñando que les resuelvan sus problemas de salud, empleos, educación, seguridad,… Empero todo se va en hermosas frases que van a morir al último rincón de nuestra moribundo planeta.

Es algo tenebroso, muy triste, pero debemos decirla porque el periodista con ética, no vendido a nadie, con su conciencia limpia, debe informar con certeza cuanto reconoce las engañifas que efectúan esos mandatarios en tales reuniones. En las mismas ellos sólo comen, beben, pronuncian discursos bonitos, firman papeles, se retratan todos juntos sonrientes, y cada uno para sus casas, este cuento se ha terminado.

Ciertos medios de comunicación se dan banquetes con las mismas. Con ellas llenan espacio que muchas veces no saben cómo hacerlo. Dan esperanza a una población creciente, sin recursos para saciar su hambre y sed. En fin, en esas reuniones los participantes se alejan un rato de los malos y fabulosos problemas que poseen sus pueblos, todos, y se dan cuenta entre ellos que cada vez más nos vamos acercando al final de la Raza Humana, la que prácticamente la vamos destruyendo nosotros mismos. Pero el planeta sobrevivirá, solamente tomará venganza de cuanto le hemos proporcionado.

¡Entonces será el crujir de dientes y el de grandes lamentos!