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Bernot Berry Martinez (Turenne)

'ESOS DIPUTADOS DOMINICANOS'

          

 

Por: Bernot Berry Martínez (bloguero)

 

    Realmente algunos Diputados Dominicanos dan asco. La mayoría del pueblo los odia. Regularmente son arrogantes, resentidos, poseedores de un inmenso desprecio por quienes los eligieron. Esos congresistas son dignos de ser estudiado por destacados especialistas de la mente.

    Nuestros diputados ganan una cantidad fabulosa de dinero en tanto el país se halla desnutrido, con futuro incierto, sin nadie imaginarse a dónde iremos a parar. Es más, ellos reciben un sueldo mayor que el del Presidente de la República.

    Se dice que con relación al tamaño de esta fallida nación, los diputados dominicanos ganan una cantidad superior a los congresistas norteamericanos. Además, para aprobar algo que podría beneficiar a los dominicanos, el gobierno o quienes podrían favorecerse de la misma deben repartirles dinero con el denominado “hombre del maletín”, cosa que está sucediendo desde hace años, de cuando Balaguer.

    Varios de tales diputados vienen de las lomas, trotando a lomo de burro. Empero, se metieron en nuestra politiquería y subieron en donde ahora se encuentran, andando en lujosos vehículos, vistiendo hermosos trajes, bien maquillados (varios parecen afeminados) con un grupo de tigres dizque cuidándolos. Sin embargo no hacen absolutamente nada para beneficiar a su gente. Y usted los ve gordos, bien papeados, hablando ante distintos medios de prensa la manera en la cual ‘defienden’ a los descamisados del país. ¡Caramba, qué farsantes son!

    Y no son fueron a pocos los que pudimos verlos flaquitos, mal vestidos, zapatos torcidos, con el hambre en la cara, pálidos, rompiendo corozos para sobrevivir, ansiando hablar por radio y televisión en defensa de algún politiquero de los suyos, los cuales les mojaban sus manos con dinerito sucio. Ahora se ha cambiado la situación, la tortilla, y son ellos quienes les obsequian a su gente.

    Son tan abusadores en contra del erario que aseguran a los cuatro vientos, sin ningún pudor, que tienen que ganar mucho dinero para ayudar a los pobres de su pueblo, cuando lo de ellos es legislar leyes a favor de los suyos. Ahora mismo quieren aumentarse sus lujosos salarios.  

    Tales individuos no tienen amigos a nadie. ¿Acaso los poseen los vividores de la politiquería?

    Lo que sería interesante es cerrar esa Cámara con un par de tablones y poner guardias en su entrada. El país se ahorraría millones de pesos del dinero del pueblo.  

    Pero les puedo asegurar que como subieron, asimismo bajaran, a ras de suelo. Solamente hay que aguardar con paciencia ese desplome fatal, inevitable, que llegará tarde o temprano.

    En la Piedra de Mundaray espero contemplarlos caer de forma estrepitosa.

    ¡Viva el Periodismo Independiente! Abajo los tiranos del mundo

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